El propio Luis Ortúzar escribió en una memoria sobre la ertzaña que la creación de un cuerpo que mantendría el orden público en la Euzkadi republicana no pasaba directamente con la creación de ese cuerpo, por lo que señaló que él mismo planteó la creación de una Zona Internacional como santuario para todos los extranjeros neutrales al conflicto que residían en el país. Algunos estudios históricos actuales, como el de Txema Ramírez o Iñaki Egaña, asocian la idea de la creación de la Policía Militar Internacional y de la Zona Internacional al jeltzale Telésforo Monzón, futuro consejero de Gobernación en el Gobierno Provisional de Euzkadi, que encargó a Luis de Ortúzar el 3 de noviembre de 1936 la constitución de una Zona Internacional y su guardia. Aunque no se sabe con certeza si fue Telésforo Monzón el que le encomendó a Luis Ortúzar el trabajo, lo cierto es que para el 3 de noviembre de 1936 la Policía Internacional y la Zona Internacional ya eran una realidad como lo atestiguan los documentos/fotografías de época. También vinculado a la figura de Luis de Ortúzar está el trabajo de Ingo Niebel. Este autor señala al excónsul autriaco Wilhem Wakonigg, yerno de Luis Ortúzar, como el verdadero promotor de la Zona Internacional. Plantea en su libro que el desarrollo de los negocios y gestiones humanitarias por parte de Wakonigg, una vez no fue reconocido como cónsul y no contó con la protección oficial de las leyes internacionales o el respaldo consular de Bilbao, se vieron muy restringidas, para ello, buscó la creación de un espacio protegido y oficialmente reconocido por la máxima autoridad de la zona, el Gobernador Civil de Vizcaya, y las potencias extranjeras para el desarrollo de sus empresas.
Otras teorías explican que la iniciativa de creación partió directamente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y especialmente del Euzkadi Buru Batzar (EBB). El plan del EBB constó en la instalación de una Zona Internacional para después crear una guardia armada que la protegiera, según manifestó Jesús Solaún entonces miembro del EBB. Sin embargo, el destacado nacionalista Ceferino Jemein señaló como el origen de la Zona Internacional la petición del Cuerpo Consular de Bilbao que solicitó la creación de una zona neutral o de asilo para el uso de los súbditos extranjeros aún residentes en territorio vasco y de sus representantes. Esta petición sería atendida por el Gobernador Civil de Vizcaya que delegó en el alcalde del Ayuntamiento de Getxo, el nacionalista Justo Zabala, la organización de esta zona y de su guardia. Un dato que puede resultar interesante respecto a esta última teoría es el proporcionado por Antonio F. Maizcurrena Santiago en el que se señala que la Zona Internacional se hizo económicamente posible gracias a la aportación de 1000 pesetas por cada consulado.

(Fuente: Periódico municipal Bilbao)
Respecto a la fecha de creación de esta Zona Internacional y su guardia, el ya mencionado Ceferino de Jemein proporcionó una fecha exacta (22 de septiembre de 1936) de la creación de la zona a partir de la transcripción de unos documentos que no he conseguido localizar en los archivos. Información que otros autores como Ingo Niebel tampoco han encontrado ya que éste apunta que no parece existir documentación oficial que nos señale su creación como tal, existiendo solo una carta que Wakonnig que escribe a Tarnow el 6 de septiembre de 1936 en la cual habla de “nuestro nuevo domicilio”. Por lo que la creación tuvo que tener lugar entre el 25 de agosto (fecha de una reunión que mantiene Wakonigg con otras personalidades austriacas) y el 6 de septiembre de 1936.
Frente a lo que expone Antonio F. Maizcurrena Santiago en su trabajo sobre la Zona Internacional de Getxo en que fue respetada y protegida por el régimen autonómico vasco, la documentación del Archivo Histórico de Euskadi me lleva a considerar que solo la Junta de Defensa de Vizcaya fue la que realmente respetó y protegió ésta. Ya con el ejecutivo vasco se puede observar para inicios de noviembre los deseos de disolución y no reconocimiento de la Zona Internacional por éste. El Gobierno Provisional de Euzkadi aludirá principalmente al requerimiento urgente de los nuevos edificios consulares, poniéndolos al servicio de Asistencia Social, para el alojamiento de la población refugiada en Vizcaya. Los registros a los edificios consulares por los hombres del Consejero de Gobernación, los exiguos plazos de desalojo de algunos edificios consulares que no les permitía un traslado del archivo consular con garantías suficientes o los requerimientos del Cuerpo Consular de Bilbao para el mantenimiento de la Zona Internacional; me llevan a considerar que el Gobierno Provisional de Euzkadi a partir de diciembre disolvió y no reconoció la Zona Internacional.
La creación de esta Zona Internacional y una guardia encargada de su vigilancia no fue un fenómeno exclusivo del País Vasco durante la Guerra Civil en el norte. El traductor ruso Constant Alexis Brusiloff dio cuenta en su informe, sobre la guerra civil en el norte peninsular, de la creación de una Zona Internacional en Suances (Cantabria) ante los excesos de comunistas y anarquistas que practicaban su justicia contra los cónsules y extranjeros. Esta Zona Internacional se realizó a partir de la mediación y petición del Decano del Cuerpo Consular de Santander, cónsul inglés, y su secretario el cónsul de Uruguay. Posteriormente, debido a los conflictos que surgieron en la Zona Internacional de Santander, “el Gobernador destacó doce fornidos Guardias de Seguridad bajo las órdenes de un Cabo.” A. Brusiloff señaló que la creación de ésta Zona Internacional fue creada un mes antes que la de Getxo, recogiéndose en la prensa vasca de época algunas noticias referidas a las negociaciones en su creación que confirman la información proporcionada por el ruso.
La Zona Internacional se instaló en el Muelle de las Arenas frente al embarcadero por ser el lugar más indicado para los buques de guerra de distintos países que visitaban el puerto en servicios informativos o misiones humanitarias. Ante la requisa de numerosas casas con el fin de albergar a los diferentes consulados, los propietarios de los inmuebles que temían la incautación de sus bienes por razones ideológicas intentaron que alguno de estos consulados fijara su residencia. Por ejemplo, el consulado de Austria y Hungría se instaló en la casa del naviero José Luis Aznar existiendo cartas de agradecimiento de su mujer, Encarnación Coste, a G. Wakonigg por tal decisión. Esto no deja ser sorprendente si tenemos en cuenta otra documentación en la que se asegura que fue el propio Cuerpo Consular de Bilbao quién decidió cómo distribuir los consulados. Desde el Club Marítimo del Abra, convertido en el cuartel de la Policía Militar de la Zona Internacional, el paseo de Zugazarte y otras zonas anexas se convirtieron en el punto de unión de todos los consulados que se desplegaron de la siguiente forma:
NOMBRES Y DOMICILIOS DE LOS SRES. CÓNSULES EN LA ZONA INTERNACIONAL
PAÍS | CÓNSUL | DOMICILIO |
Alemania | Dn. Otto Tarnow | Zugazarte 17 |
Argentina | E. Landaburu | Zugazarte 67 |
Austria | Guillermo Wakonigg | |
Bélgica | Emilio Dubois | Zugazarte 7 |
Bolivia | Manuel Rueda Revenga | Zugazarte 5 |
Brasil | José María Abaitua | Zugazarte 19 |
Colombia | José J. Duque | Zugazarte G.74 |
Costa Rica | José de Arriaga | Zugazarte E.59 |
Cuba | Alberto Almagro | Barria 7 |
Checoslovaquia | N. Berastegui | Zugazarte 27 |
Chile | Cirilo V. Anguiano | Zugazarte 41 |
Dinamarca-Islandia | Aage Lindegaard | Zugazarte 29 |
República Dominicana | José Luis Álvarez | Zugazarte 29 |
Ecuador | Marcelino Rivera | Zugazarte 25 |
EE.UU. | Ángel Escudero | Paseo del Puerto 20 |
Estonia | Genaro R. Lasso | Zugazarte 65 |
Finlandia | Arne T. Rovig | Zugazarte 41 |
Francia | Sr. Bonnet (R. Casteran) | Zugazarte 43 |
Gran Bretaña | Ángel Ojanguren | Zugazarte 9-11 |
Grecia | Amador Alday | Barria 11 |
Guatemala | Ricardo Ortíz | Zugazarte 5 |
Honduras | Vicente Vidaurrazaga | Zugazarte 73 |
Italia | Pedro Icaza | Zugazarte 35 |
México | J. Castro | Zugazarte 63 |
Nicaragua | Ricardo Ortíz | Zugazarte 5 |
Noruega | Sr. Somme | Zugazarte 29 |
Países Bajos | Luis Astorquia | Zugazarte 11 |
Panamá | Antonio Martínez Arias | Zugazarte 47 |
Paraguay | Federico Martínez Arias | Zugazarte 47 |
Perú | Antonio Menchaca | Zugazarte 9-11 |
Polonia | Sr. Astigarraga | Zugazarte 9-11 |
Portugal | Dn. Miguel Patricio Ferrer | Chalet de Chábarri |
Rumanía | Agapito P. Sasia | Carretera A.11 |
El Salvador | Antonio Martínez Arias | Carretera 47 |
Suecia | Sr. Somme | Carretera 29 |
Suiza | Sr. Filippini | Muelle 72 |
Uruguay | Julio A. Payas | Zugazarte 35 |
Venezuela | Nibardo Pina | Zugazarte 45 |
En la casa número 5 residían los cónsules de Bolivia, Guatemala y Nicaragua. En los números 9-11 se situaron los de Polonia y Perú más otra oficina de Gran Bretaña, pues el consulado británico se encontraba en una villa de la plaza de Santa Ana. Los alemanes hallaban su representante en el número 17. El agente consular de EE.UU. se alojó en el edificio número 20 del puerto, mientras que el cubano y el griego estuvieron en número 7 y 11 de Barria. De todos estos consulados resulta sorprendente la existencia de un representante alemán e italiano en territorio republicano cuando ambos países ya apoyaban de forma abierta al bando rebelde. El traslado de los consulados a estas nuevas viviendas fue más bien circunstancial en algunos casos ya que muchos de ellos poseían en sus domicilios habituales de Bilbao casas abiertas, siendo utilizadas estas últimas con más asiduidad que los nuevos domicilios. En cambio, poco a poco otros consulados como el de Polonia, Suiza o República Dominicana se vieron forzados a la utilización de sus nuevos domicilios al perder durante los raids aéreos sus antiguas casas en Bilbao.

(Fuente: Archivo Histórico de Euskadi)
Hay que tener presente que en la Zona Internacional no solo se reubicaron los cónsules sino también los súbditos del país que representaban, los familiares de los primeros y todas aquéllas personas que buscaban protección bajo bandera extranjera. Para octubre de 1936 la población total ubicada en ella se cifraba en unos 580 refugiados, reduciéndose un centenar para diciembre del mismo año. Sin embargo, existen testimonios como el del vicecónsul de Colombia, Rafael de Garamendi, que señaló en no menos de 800 personas las que permanecían en la Zona Internacional. Las carencias por las que pasaban los refugiados de la Zona Internacional empezaron a ser atendidas por Mr. Chapman (cónsul de EE.UU. y decano del Cuerpo Consular de Bilbao) y Antonio Menchaca de la Bodega (cónsul de Perú). El primero se dedicó a visitar al Delegado de Abastecimientos, obteniendo lo que podía dada la escasez de alimentos, mientras que el segundo compró unas vacas con la idea de proporcionar leche a los más pequeños.
Respecto a los cónsules es importante destacar la distinción entre los agentes diplomáticos y los agentes consulares. Los primeros son representantes políticos del estado u organización soberana independiente que los nombra, llevan la soberanía nacional del estado del que son enviados. En cambio, los segundos representan a una nación como organismo social/económico para favorecer, garantizar y proteger la navegación y tráfico, transigir las diferencias entre marineros o comerciantes y, en definitiva, desplegar una actividad de carácter protector sobre los súbditos de su nación. De esta diferencia también nace la distinción de derechos y privilegios entre un agente diplomático o consular. En lo que concierne a los Cónsules enviados, que no honorarios, su situación, derechos e inmunidades dependen y se hallan fijados en la legislación general del Estado español y en los Tratados o Convenios consulares suscritos entre España y los distintos Estados. No es el objetivo de este trabajo realizar un análisis de los derechos y privilegios consulares pero éstos se refieren a la utilización de la bandera y escudo del país que los nombra, sujeción a la jurisdicción civil y criminal del país en el que se hallan, exenciones tributarias, inviolabilidad del archivo consular o ciertas limitaciones en los registros domiciliarios.
La búsqueda de refugio y seguridad personal bajo bandera extranjera supuso la ubicación en esta Zona Internacional de personas no afectas al régimen legal, pues la mera pertenencia a una clase social suponía una sospecha de simpatizar con el enemigo y causa suficiente para la reclusión o ejecución. Era un secreto a voces que las embajadas y consulados protegían y propiciaban la huida de ciudadanos que veían en la zona sublevada su salvación, corriendo importantes riesgos los consulados en sus gestiones. Los cónsules nombraron como cónsules adjuntos, secretarios o personal del consulado a individuos en peligro, colocándolos bajo la protección de bandera extranjera. Siguieron a su acción la concesión de pasaportes, laisser-passers y la gestión de canjes. En esta labor de ayuda al perseguido hay que destacar los siguientes personajes: Valentín Anguiano (canciller de Chile), Julio Andrés Payás (canciller de Uruguay), Martínez Arias (cónsul Paraguay) o Guillermo Wakonigg (excónsul austriaco). En el caso de G. Wakonigg, único caso estudiado por ahora historiográficamente, se puede observar cómo no solo se limitó a sacar a unos u otros de sus conocidos sino que asentó toda una red de evasión beneficiándose de ésta personajes tan importantes como el citado naviero José Luis Aznar y Zabala o el falangista Evaristo Churruca Zubiría.
Más importante que gozar de una Zona Internacional es que el gobierno central de la República Española y el rebelde de Burgos reconocieran como tal la zona. En una minuta sobre la Zona Internacional se puede observar cómo el gobierno faccioso de Burgos reconocía la Zona Internacional de Getxo: “Al telegrama que el Cuerpo Consular de Bilbao dirigió al Sr. Decano del Cuerpo Consular de Vigo, confirmado posteriormente por otro, el citado General Franco ha contestado el día 29 de octubre a las 12,01 horas con el siguiente: “Para el Cónsul inglés en Bilbao para hacerlo seguir al Cuerpo Consular referente a la Zona Internacional.” El General Franco ha contestado a mi telegrama al respecto, como sigue: ZONA SERA ESPECIALMENTE REPETADA firmado Oxley (el Sr. Oxley es el cónsul de Gran Bretaña en Vigo).”. También el Gobierno de Madrid, en su representación legítima en la figura del Gobernador Civil, reconocerá la Zona Internacional pues “la autorización plena y alentadora concedida y fomentada por el que fue Gobernador de la Provincia de Vizcaya, Sr. Echevarría Novoa, (…) veía en dicho proyecto una mayor facilidad para proteger y garantizar más eficazmente las vidas y bienes de los elementos Consulares y extranjeros de la Provincia y de otras limítrofes, al concentrarlos en una Zona aislada.” Con el traslado del Gobierno de Madrid a Valencia se llevarán a cabo negociaciones para establecer nuevas demarcaciones neutrales para alojamiento de cónsules y ciudadanos extranjeros en otros sitios de España como Barcelona o Madrid.
Xabier Herrero
- Bibliografía:
- Aizpuru, Mikel, El informe Brusiloff. La guerra en el Frente Norte vista por un traductor ruso, Irún, Alberdania, 2007.
- Alonso Carballés, Jesús Javier, 1937: Los niños evacuados a Francia y Bélgica: historia y memoria de un éxodo infantil, 1936-1940, Bilbao, Asociación de Niños Evacuados, 1998.
- Anasagasti, Iñaki y Koldo San Sebastián, Los años oscuros. El gobierno vasco, el exilio (1937-1941), San Sebastián, Txertoa, 1985.
- Anasagasti, Iñaki, Marcel Junod. Delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja, Vitoria, Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 2007.
- Bacigalupe, Carlos, Pan en la guerra. Crónica de la vida cotidiana en el Bilbao de la guerra civil (julio de 1936-junio de 1937), Bilbao, Laga, 1997.
- Beurko, Sancho de, Gudaris, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1977.
- Castro Ruano, José Luis de, y Alexander Ugalde Zubiri, La acción exterior del País Vasco (1980-1003), Oñati, Instituto Vasco de Administración Pública, 2004.
- Dávila, Cirilo, Historia de la Policía Autónoma Vasca (1936-2006), Bilbao, Argitaletxea, 2006.
- De Pablo, Santiago e Iratxe Momoitio Astorkia, El papel de los corresponsales en la guerra civil española: homenaje a George Steer, Gernika, Gernika-Lumoko Udala, 2003.
- Díaz Herrera, José, Los mitos del nacionalismo vasco: de Sabino Arana a la secesión, Barcelona, Planeta, 2005.
- Egaña, Iñaki, Diccionario histórico-político de Euskal Herria, Tafalla, Txalaparta, 1996.
- Egaña, Iñaki (dir.), 1936 Guerra Civil en Euskal Herria, Andoain, Aralar, 1998.
- Ibarzabal, Eugenio, 50 años de nacionalismo vasco 1928-1978, San Sebastián, Ediciones Vascas, 1978.
- Jalón, César, El cautiverio vasco, Madrid, Españolas, 1939.
- Jemein, Ceferino de, El primer gobierno vasco, Bilbao, Alderdi, 1987.
- Jiménez de Aberasturi Corta, Luis María, Crónica de la guerra en el norte. 1936-1937, San Sebastián, Txertoa, 2003.
- Junior, Costa, A espanha sob o terror vermelho, Autor, 1937.
- Landa Montenegro, Carmelo, “Orden público en el País Vasco autónomo: creación y balance de la ertzaña (1936-1937)” en Rodríguez Coro, Francisco (coord.), Los ejércitos, Vitoria, Fundación Sancho el Sabio, 1994.
- Landaburu, Francisco Javier de, Obras completas, Bilbao, Idatz Ekintza, 1982.
- Maizcurrena Santiago, Antonio Francisco, Tiempo e historia del Cuerpo Consular de Bilbao, Medina de Pomar, Jarama, 1999.
- Moreno de Alborán y Reyna, Fernando y Salvador Moreno de Alborán y Reyna, La guerra silenciosa y silenciada. Historia de la campaña naval durante la guerra de 1936-39, Madrid, Autores, 1998.
- Niebel, Ingo, Al infierno o a la gloria, Irún, Alberdania, 2009.
- Pérez Trimiño, Alfredo, “Ertzaña. Policía de Euzkadi 1936-1937” en Harlax, nº51, 2006.
- Ramírez, Txema, Ertzaintza. ¿Héroes o villanos?. Pasado y presente de la policía autónoma vasca, Tafalla, Txalaparta, 1992.
- Romaña Arteaga, José Miguel, Historia de la guerra naval en Euskadi, Bilbao, Amigos del Libro Vasco, 1984.
- Solé i Sabaté, Josep María y Joan Villaroya, España en llamas. La guerra civil desde el aire, Madrid, Temas de Hoy, 2003.
- Talón, Vicente, Memoria de la guerra de Euzkadi, Barcelona, Plaza Janés, 1988.
- Ugalde, Martín de, Historia de Euskadi, Barcelona, Planeta, 1982.
- Ugalde, Martín de, Nueva síntesis de la historia del País Vasco, Donostia, Ttarttalo, 1997.
- Ugalde Zubiri, Alexander, La acción exterior del nacionalismo vasco (1890-1936): Historia, pensamiento y relaciones internacionales, Oñati, Instituto de Administración Pública, 1996.
- Urgoitia Badiola, Juan Antonio (dir.), Crónica de la Guerra Civil de 1936-1937 en la Euzkadi Peninsular, Oairtzun, Sendoa, 2001-2003.
- VV. AA.: Historia General de la Guerra Civil en Euskadi. Haranburu/Naroki, San Sebastián/Bilbao, 1979, 1981 y 1982.
- Archivos, Bibliotecas y Hemerotecas:
- Archivo Histórico de Euskadi, Bilbao.
- Biblioteca Koldo Mitxelena de la Universidad del País Vasco, Vitoria.
- Fundación Sabino Arana, Bilbao.
- Hemeroteca Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao.