
San Pedro de Beratza (Araba)
San Pedro de Beratza es un monte perteneciente al municipio de Amurrio (Araba) de apenas 710 metros de altitud. El lugar fue escenario de duros combates durante la guerra civil, prueba de ello es la profusión de trincheras que lo jalonan y que sirvieron de protección con mayor o menor fortuna a requetés y milicianos. Además de atesorar las citadas trincheras San Pedro de Beratza, regala a nuestros sentidos un paisaje natural espectacular donde el valle de Arrastaria y la sierra Salvada se erigen como protagonistas indiscutibles.
Para llegar hasta las trincheras se puede partir de la cercana población de Uzkiano, tomaremos la carretera de Oiardo que pronto, a la llegada de un caserío situado junto a una laguna, deviene en pista de tierra, esta pista no la abandonaremos en todo el trayecto. Primero entre campas dejando a nuestra derecha las antenas del monte Txibiarte (697 m), para más tarde aparecer a nuestra izquierda un pinar. Aviso importante es que, en algunos tramos, el camino se vuelve impracticable sobretodo en los meses de mayores precipitaciones, debido a su continuo uso para labores agropecuarias con el trasiego de tractores y demás maquinaria agrícola. Esto se puede solventar utilizando un sendero que transcurre en la linde del pinar paralelo a la pista.
El primer grupo de trincheras que podemos visitar es claramente visible una vez nos hallemos próximos a San Pedro, puesto que en fechas recientes han sido excavadas y acondicionadas por un grupo de arqueólogos de la UPV dirigido por el arqueólogo e investigador Xurxo Ayán, en cuyo equipo trabaja Xabier Herrero, miembro de Lubakikoak.
Y decimos que es visible debido a los sacos de arpillera colocados en la trinchera a modo de parapeto, emulando a aquellos que la coronaban durante el conflicto. Cuenta también con un nido de ametralladora de hormigón sin tapa donde podemos observar las huellas de un impacto artillero que a buen seguro lo desmanteló.
Para continuar con la visita debemos dirigir nuestros pasos hacia la cima del monte, justo cuando el terreno comienza a ascender, nos encontramos con una galería en mina excavada por las milicias gubernamentales de unos 40 metros de largo para refugiarse de los ataques artilleros y aéreos, así como para guardar municiones de todo tipo. Una vez dejamos la entrada de la galería, proseguimos con la ascensión y prácticamente en la cumbre nos topamos con una nueva línea de trincheras, asimismo excavadas, que dispone de pequeños refugios para una o dos personas y varios pozos de tirador.
Desde prácticamente el comienzo de la sublevación, requetés alaveses se hacen con el dominio de las alturas del monte San Pedro, Sobrehayas y de Txibiarte, monte muy cercano al primero. En agosto de 1936, tiene lugar en Txibiarte, una primera escaramuza entre ambos bandos cuando un grupo de milicianos locales mal armados tratan de despejar dichas alturas, el asunto se tuerce desde un principio para ellos y los requetés, reforzados moralmente por esta pequeña victoria, continúan siendo los dueños de la situación.
A principios de diciembre de 1936, los republicanos atacan tratando de tomar los citados montes, este ataque se encuadra dentro de la gran ofensiva que pasaría a la posteridad como la Batalla de Villarreal. Entre el 5 y el 11 de diciembre participan en los combates batallones como el Bakunin (CNT), UGT Nº 3, Amaiur (PNV) o el Leandro Carro (PC)… Frente a ellos, requetés de la 4ª y 7º Compañías de Álava y soldados del de caballería Numancia. Al finalizar los combates el día 11, los republicanos habían conseguido afianzar posiciones avanzadas en San Pedro.
A partir de entonces serán los batallones de la 5ª Brigada los encargados de guarecer la plaza, la brigada estaba compuesta de tres batallones: Araba (PNV), Leandro Carro (PC) y Bakunin (CNT).
En mayo, el Bakunin y el Araba son sustituidos por el ugetista Jean Jaures y el Meabe I (PSE) o el Castilla (JSU), a los que se suman el ANV I y el Karl Liebknecht (PC)
Entre el 26 y el 31 de mayo de 1937 estos batallones participarán en los combates librados en el sector, por iniciativa del bando sublevado, y que a la postre conseguirán desalojar definitivamente a las tropas republicanas.
Esta ruta es un paseo apto para toda la familia que no entraña dificultad y que permite disfrutar a un tiempo de la historia y de la naturaleza.
Sergio Balchada