Pedro Barruso Barés
S.L. Hiria Liburuak, 2008
La extensión del conflicto español de 1936 fuera de nuestras fronteras es algo que ha ocupado numerosas páginas en la historiografía dedicada al conflicto y que, todavía hoy, sigue siendo objeto de estudio. Buena prueba de ello son los libros recientemente publicados, entre los que destaca el del profesor Aceña, analizando la ayuda tanto alemana como soviética a los contendientes de la Guerra Civil. Sin embargo hay una parte de la Guerra, y más concretamente de su vertiente exterior, que nos es más desconocida. Nos referimos a las cuestiones relacionadas con la actividad de los servicios secretos de los contendientes. Este es un tema que he tratado ampliamente en mi estudio El Frente Silencioso (Alegía, 2001) y en diversos artículos publicados en revistas científicas. Sin embargo la propia naturaleza de los hechos estudiados (actividades clandestinas) y de los protagonistas de los mismos (agentes encubiertos) hace que el tema sea susceptible de análisis y revisión a la luz de nuevas fuentes que vayan siendo puestas a disposición de los investigadores. Me refiero, fundamentalmente, a los archivos de los servicios secretos franceses e italianos en primer lugar, aunque tampoco debemos descartar que en los archivos alemanes y de la antigua Unión Soviética puedan aparecer sorpresas, si bien el acceso a esta documentación se presenta como más complicado. Por tanto, en estas líneas, me voy a exponer las líneas maestras de los temas tratados en mi estudio sobre el espionaje durante la Guerra Civil en la frontera del Bidasoa y unas reflexiones sobre la actividad de los mismos a lo largo de conflicto.